¿Y SI ESCUCHAMOS AL ALUMNADO EN PLÁSTICA? ¿APRENDERÁN MÁS?

La asignatura de plástica ha sido durante mucho tiempo y en muchos centros (por suerte, no en todos) considerada una asignatura menor donde el alumnado iba a entretenerse pintando libremente o tratando de imitar fichas de un libro sin sentido. En Arcadia, hace tiempo que sabemos que la expresión de emociones, de miradas, de puntos de vista puede hacerse maravillosamente bien desde esta asignatura. Que podemos aplicar perfectamente las técnicas de los proyectos, de las rutinas de pensamiento, de las habilidades cooperativas para acrecentar poco a poco la competencia artística de nuestro alumnado.

Así, siguiendo la línea educativa del Centro en Educación Secundaria, al afrontar el reto de potenciar un aprendizaje significativo real en la asignatura de plástica, se propone a los alumnos, al comienzo del año escolar, que nos muestren obras, piezas o creaciones que por algún motivo les gusten, les llamen la atención o recuerden por algún motivo personal desde pequeños. El objetivo no es otro que tomar conciencia de que el arte visual y plástico ha estado en sus vidas desde que nacieron, de manera más consciente o menos consciente. Nosotros, los adultos, si hiciéramos el mismo ejercicio seguramente todos recordaríamos los cuadros que adornaban las casas de nuestros abuelos o incluso la nuestra. Algunos incluso podrían recordar alguna visita a algún museo de su ciudad o de otro país en alguno de sus viajes familiares y la visión de esa obra que les impresionó con tan pocos años de edad.

El alumnado, de este modo, investiga sobre su obra elegida y la presenta a la clase con tres paradas obligatorias: estilo, época y autor.

Posteriormente entre todos y ensayando con distintas técnicas cooperativas y de aprendizaje, elegimos una de las obras, que es la excusa para trabajar la asignatura a partir de la propuesta escogida, de su propuesta, de su centro de interés, escuchando al niño/a que aprende para partir de él y captar toda su atención para el aprendizaje de la materia.

Posteriormente, en una sesión, y a través de la técnica del organizador gráfico para iniciar cualquier proyecto, nos planteamos:

¿Qué sé? /¿Qué quiero saber?/ ¿Qué estrategias voy a usar para saber?

El alumno/a ya quiere saber, ya quiere hacer, ya viene al taller de plástica con un objetivo. Ahora podemos empezar a aprender. Analizamos la obra de arte, estudiamos todas las técnicas posibles, creamos obra propia tanto individualmente como en grupo y, sobre todo, trabajamos la asignatura a través de un proyecto que ha sido elegido por el grupo clase y no solo por el profesor. Porque como decimos siempre en Arcadia, lo importante no es solo el contenido, que también, sino la técnica, el método, la destreza y las competencias que se adquieren cuando hay verdadero aprendizaje, cuando se trabaja cooperando para lograr un producto final en el que estoy involucrado porque además lo he elegido. Con esta forma de trabajar aspiramos a dejar huella en la memoria plástica del alumnado, una huella que dejará este aprendizaje en el que influyen y se han tenido en cuenta los intereses del alumno/a y se han respetado y trabajado sus emociones.

 

 

Rafael Barrera Carrera

Profesor de Plástica y Dibujo en Arcadia.

 

 

 

Comparta sus opiniones